TANQUE LLENO, CORAZÓN CONTENTO

24.06.2020

Peatón Covid de Daniel Caleb 

Por Jesús González

Gracias a todas las personas que están dedicando su vida a salvar a los demás, los doctores, enfermeros, policía y muchas otras profesiones u oficios que han decidido tomar el toro por los cuernos y hacerle frente a esta contingencia. Gracias a mis jefes en mi área de trabajo por ser tan considerados con mis estudios, a mi madre por siempre apoyarme, a todos ellos les dedico este pequeño texto que espero puedan identificarse por lo menos con alguna de estas líneas.

"Nos vemos el lunes chicos" fue lo que les dije a mis amigos el 13 de marzo y sí, sería la última vez que los vería hasta hoy 20 de mayo que estoy escribiendo este texto, dentro de estos días me he dado cuenta de que vivimos siempre a tope con nuestras obligaciones diarias que ni siquiera nos permitimos un segundo para los demás y menos para nuestra persona siendo que deberíamos de ser lo más importante.

Por cuestiones de trabajo me he visto obligado a salir la mayoría de los días de mi casa, siendo que toda mi familia está resguardada, ¿difícil?, claro que lo es, es raro el día que me levanto y quisiera tener un mensaje de mi jefe donde diga "hoy no se presente a trabajar, por su seguridad y su familia, nuestras agencias están cerradas" pero como no es así pues hay que seguir en la "chamba". Me encanta mi trabajo eso nunca lo he dejado en duda, es como el trabajo de mis sueños, llevo los vehículos de una agencia a otra y algunas maniobras dentro del patio de una empresa automotriz en el estado, sin embargo, por la contingencia nos han dado la opción de recoger los carros de los clientes, llevarlos a taller y después entregarlos. Es algo extraño hacerlo, siendo sincero nunca me imaginé subirme a 20 carros diferentes en un día, es increíble llegar a casa de un desconocido y que te dé las llaves de su coche, sacarlo de su cochera y salir manejando como si fuera tuyo y por más absurdo que parezca hace unos días, me toco despejar las llaves del barandal de una señora que para evitar contacto se le ocurrió la brillante idea de pegar su control a la puerta corrediza y dejar un letrero en el parabrisas de su carro, fue algo tan épico.

Poco a poco han ido pasando los días, como en todos lados existen algunos donde el trabajo se carga y otros donde de plano, queremos arrancarnos los ojos porque no hay ni siquiera un vehículo por mover. Pero siempre a lo largo de estas semanas ha existido una constante, además de que el trafico disminuyó y las calles están más libres de transitar, la gente conduce feliz, algunos por gusto, porque realmente es agotador estar encerrado en tu casa, no sé si sea bueno o malo, pero he visto gente paseando en sus autos, tranquilos sin apuro de llegar a algún destino, otros como su servidor dentro del trabajo, pero siempre con gusto, es raro ver las calles de la ciudad tan tranquilas a las 8 de la mañana cuando cada avenida principal es un caos total o a las 6:30 pm cuando es casi imposible subir de 40 km/h en cualquier dirección.

No obstante, mis actividades diarias siguen, aunque sufrieron cambios en el horario, por fin puedo dormir en mi casa -cosa que extrañaba bastante-, el asistir a la escuela, aunque no sea físicamente, pero es el pan de cada día, hacer la tarea entre el trabajo a la hora de la comida, pero lo más difícil es jugar con mi mente y asumir que no pasa nada, que no existe algo que está deteniendo la vida tal y como la conocemos, aunque quizás es lo que necesitamos.

Escucho a mis amigos los miopes sobre cómo van en sus casas y cómo han sobrellevado el encierro y me sorprenden muchísimo. La verdad es algo de admirarse como pueden lograr estar en aislamiento por tantos días, unos se han refugiado en las tareas, en los videojuegos, perfeccionando sus hobbies, pero han buscado la manera de salir adelante en esta tan complicada, pero a la vez interesante cuarentena.

Y es que realmente cuando por obligación tienes que seguir saliendo, la vida transcurre normal, aunque el miedo te inunde, aunque las autoridades digan que no salgas, pero sabes que tienes una responsabilidad. No me quejo de las medidas que han tomado en mi empresa, nos turnaron el horario de comida y no es lo mismo comer en una mesa solo, que rodeado de todos los compañeros "tirándole carro" a alguno y ese es uno de los momentos que más se pudiera extrañar, la convivencia. Por más que quieras ver las cosas de la mejor manera es un poco inútil hacerlo, después de casi dos años de laborar ahí, es la primera ocasión en que nos han permitido bañarnos dentro de las instalaciones y vaya que están acondicionadas, así que si la entrada es a las 8:30, debes llegar por lo menos quince minutos antes para bañarte después de tomar el transporte público, antes de la comida, el guardia está en la puerta del comedor y te desinfecta las manos antes de entrar, incluso él te la abre para que no toques la manija, la señora de la limpieza creo yo que está harta de tener que limpiar el microondas cada vez que alguien lo toca, necesitas llevar tus cubiertos y no dejar nada en el refrigerador. Para la salida es lo mismo a las 5:30 nos dan permiso de empezar a tomar tandas en el baño, de dos a tres personas cuando tiene capacidad para 20, el turno termina a las 6:30 y ahora el encargado de la noche nos espera en la puerta de salida para desinfectarnos las manos y abrirnos la puerta, estás en el exterior y unos toman ruta, en mi caso me siento afortunado ya que gracias a un tiempo de ahorro pude comprar un coche, que en verdad no es la gran cosa pero significa un logro en mi vida y lo cuido como si se tratara de un Roll Royce. Llego a mi casa, hay que quitarse los zapatos afuera y entrar por el pasillo, por las mañanas procuro dejar un cambio listo en el patio porque lo primero que hay que hacer antes de entrar a la casa es volver a bañarse, yo no sé qué suceda con la piel, pero si le pasa lo mismo que a los carros con tanta lavada, me voy a empezar a descarapelar.

Casi siempre es bueno un baño después de un día de trabajo, pero ya en estos días se vuelve cansado, cada vez es más triste ver a la gente desesperada por salir, yo creo que todo el mundo lo estamos, pero deberíamos de comenzar a ser conscientes de la situación y ver que entre más caso hagamos más pronto saldremos adelante, siempre se ha escuchado el "pansa llena, corazón contento" pero qué tal si en lugar de llenar nuestro estómago, comenzamos a llenar nuestra vida de acciones que contribuyan a aligerar el peso de este encierro que siento nos está volviendo locos a todos.

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