Esta noche tuve un sueño místico
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Dibujo de Laiza Onofre
Por Quetzal Sánchez Lacross
Esta noche tuve un sueño místico, me desperté inquieta, pensando en el posible significado del mismo. Soñé dos medias lunas en un cielo naranja y de repente una bola de fuego rompía todas las atmósferas, en un parpadear de ojo todo comenzaba a arder, no había un lugar seguro, y lo único en lo que mi mente me dejaba pensar era mi familia y en que quería llegar a casa para intentar salvarlos, o bien para morir juntos.
En el trabajo acaban de decirnos que nos mantendremos abiertos el mayor tiempo posible, que es una de las peores crisis de las que se ha tenido memoria, y que también ellos están angustiados. Honestamente no he pensado en lo que pasaría si me contagio, he pensado en cómo conseguiría dinero para solventar los gastos, la casa, los gatos, las cuentas, las deudas. He tenido que poner un alto a los planes, pienso que quizá este año no podré salir de vacaciones, que quizá no podré seguir comprando las croquetas que tanto les gusta a mis gatos, pienso en que debo pagar la luz, pienso... a decir verdad me gustaría no pensar, desconectarme y volar, solución cobarde.
Luego llego a casa y me espera mi Mar, mi calma, en su sonrisa empiezo a entender que todo va a estar bien, que nos va a costar trabajo, pero vamos a salir adelante, empiezo a entender mi sueño.
Hemos pasado la cuarentena trabajando un día, descansando otro, cuando tomo el transporte veo menos gente y sus miradas también reflejan incertidumbre y preocupación. Me pregunto cuánto tiempo ha pasado desde que México no sucumbe ante una pandemia, ante una desgracia, pienso que este virus nos puede romper por dentro, pero aún así el espíritu permanecerá inquebrantable. Sé que muchos no pueden quedarse en casa, sé que yo no puedo quedarme en casa, y sé que otros millones tampoco podemos quedarnos en casa.
Escuché un villancico mientras venía en el metro, y sonreí porque pensé en la navidad. Entonces todo comenzó a acomodarse como un rompecabezas complejo, y entendí.
Se siente angustia, y miedo, pero hay esperanza y sobre todo fe, y no hablo de una fe religiosa, más bien una fe colectiva y espiritual.
Y viviré , viviré en serio, disfrutaré lo que tengo, no codiciaré, pelearé por lo que sueño, no me dejaré vencer.
Termino este escrito y pienso en mi Mar, como siempre ahí está para darme calma. Mi sueño significa algo: este no es el Apocalipsis, es la oportunidad de entender que es otro el propósito de nuestro paso por el mundo, tal vez cuando volvamos a la normalidad volvamos más humildes, más cautos, más sensibles, más humanos.